Un 30% de la población vulnerable del área metropolitana de Barcelona no puede mantener la temperatura durante el verano

Es una de las principales conclusiones de la encuesta "Percepciones y estrategias de adaptación al calor extremo de los hogares vulnerables metropolitanos", elaborada por el Instituto Metrópoli por encargo del Área Metropolitana de Barcelona.

02/08/2024

Pese al amplio abanico de medidas para tener un buen confort térmico que toman las personas encuestadas de estas zonas más vulnerables, un 30,7% afirma que no puede mantener la vivienda a una temperatura adecuada en verano, y un 19,3% en meses fríos. Esta es una de las principales conclusiones de la encuesta “Percepciones y estrategias de adaptación al calor extremo de los hogares vulnerables metropolitanos”, elaborada por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y el Instituto Metrópoli. Además, un 11,5 % de los encuestados tiene retrasos en el pago de las facturas de servicios básicos.  

  

Una encuesta anterior hecha el verano del 2022 sobre hábitos energéticos en los hogares metropolitanos, ya detectó cifras parecidas en cuanto al desconfort en invierno (18,8 %), mientras que las cifras de desconfort eran inferiores en verano (23,0 %). La comparativa indica que la pobreza energética se está agraviando especialmente en estas zonas vulnerables con el incremento de temperaturas en verano.   

Los espacios cotidianos en que se percibe el calor con más intensidad son los centros urbanos de las ciudades o de los barrios, los recorridos diarios a pie o en bicicleta y en casa durante el día y la noche. El transporte público y el trabajo son los espacios de más confort térmico.  

De los resultados se extrae que hay conocimiento de las ayudas para ahorrar o pagar la factura de energía, pero aún hay un amplio desconocimiento sobre otros programas para afrontar el calor, como los avisos por ola de calor, ayudas para aislar mejor las viviendas o los refugios climáticos. Mientras 4 de cada 10 personas encuestadas conocen las ayudas para ahorrar y pagar la electricidad, solo 1 de cada 10 personas conoce los refugios climáticos que hay en su barrio o en su ciudad.  

 

El estudio también extrae una serie de conclusiones relacionadas con la salud, la condición física o social, la adaptación al calor y los hábitos cotidianos:  

  • El aumento de la temperatura ha provocado problemas comunes a 5 de cada 10 personas encuestadas, como dificultad para conciliar el sueño o más cansancio. Más de un 25% también declara dificultades para concentrarse y más ansiedad o malestar emocional. Además, 1 de cada 10 de las personas reporta el empeoramiento de enfermedades previas, dolores de cabeza o migrañas. Se dan algunas diferencias según las características de los varios grupos: Las mujeres, las personas con una percepción más mala de su estado de salud y las personas que tienen menos ingresos tienden a sufrir más todos los efectos del calor en la salud. Las personas que sufren situaciones de vulnerabilidad o dependencia también sufren más los efectos del calor en la salud.  

 

  • Más del 80 % de las personas toma medidas de adaptación que implican cambios de comportamiento como, por ejemplo, vestirse de manera más fresca, beber agua, evitar la actividad física en el exterior, ducharse más, cambiar la dieta, cambiar las horas de salir, o ventilar el hogar.  
  • Poner persianas (85,2 %) y adquirir ventiladores (80,3 %), las dos medidas tecnológicas y de infraestructuras menos costosas, son también medidas que se aplican mucho. Otras medidas más costosas para adaptar las viviendas también se están empezando a implantar, pero en menor medida, como por ejemplo instalarse aire acondicionado (57,7%), crear más sombra en los espacios exteriores del hogar (38,9%), o ponerse toldos (35,8%).  
  • Los espacios naturales como la playa, el río o la montaña (79,4%) y las zonas urbanas frescas (64,8%) también son clave para refugiarse del calor, mientras que todavía hay una mayor preferencia a ir a equipaciones climatizadas privadas (53,4%) como los centros comerciales que a equipaciones públicas (38,4%) como las bibliotecas.  
  • Dormir en una estancia más fresca (41,3 %), ir a piscinas municipales (37,6 %), ir a casa de amigos y familiares (29,7 %), refrescarse en fuentes públicas (29,6 %) o irse a la segunda residencia o en el pueblo (28,2 %) son medidas recurrentes, a pesar de que no se aplican tanto como las anteriores.  

 

La encuesta AMB-CALOR 2023  

La encuesta AMB-CALOR 2023 es una herramienta valiosa para explorar cómo la población que vive en zonas de elevada vulnerabilidad climática del área metropolitana de Barcelona percibe los episodios de calor extremo, como ve afectada su salud y cuáles son las prácticas de adaptación que adopta. La encuesta se ha hecho a partir de una muestra de 1.200 personas, que representan el conjunto de 520.000 habitantes situados en los barrios más vulnerables al calor, identificados a partir del índice de vulnerabilidad al cambio climático (IVAC).  

El IVAC permite cartografiar y cuantificar los riesgos (de sufrir efectos negativos) que corren los habitantes metropolitanos ante un fenómeno natural como son los episodios de calor.  

Los principales resultados del IVAC en cuanto a la población y territorios con elevada vulnerabilidad al cambio climático son los siguientes:    

  • Unas 526.000 personas, 16,1 % de la población metropolitana, viven en zonas vulnerables. 
  • Se produce una concentración territorial de la vulnerabilidad en áreas densamente pobladas del continuo urbano metropolitano: 
  • Al eje Besòs: Badalona, Nou Barrios, Sant Andreu y Sant Martí de Barcelona, Montcada i Reixac, Sant Adrià de Besòs y Santa Coloma de Gramenet. 
  • Al eje Llobregat: Hospitalet de Llobregat y Cornellà de Llobregat, y algunas zonas de Esplugues de Llobregat y de Sant Boi de Llobregat. 
  • Al resto: distritos de Ciutat Vella, Sants-Montjuïc y Horta-Guinardó, en Barcelona.  

Hay que considerar, además, que según las proyecciones de aumento de la temperatura estas condiciones pueden empeorar. Por ejemplo, se prevé que en 2040 las temperaturas diurnas empeorarán en los ejes del Llobregat y el Besòs, pero el Raval y el resto del litoral de Barcelona y Badalona sufrirán más por las noches.