Una mirada de género a la movilidad metropolitana

El informe pone en evidencia que la movilidad metropolitana no es neutral desde el punto de vista de género y que las diferencias observadas tienen implicaciones directas en la calidad de vida de las personas

05/03/2025

mobilitat-8M-25La accesibilidad al transporte y la forma en que nos movemos por el espacio no son neutras desde el punto de vista de género. Las mujeres, en general, hacen más uso del transporte público y del ir a pie, tienen trayectos más cortos y fragmentados, y experimentan una mayor percepción de inseguridad en el espacio público y el transporte. Asimismo, mientras las mujeres son mayoritarias entre las usuarias de los servicios de transporte, su representación en roles profesionales dentro del mismo sector presenta cifras sustancialmente más bajas. Estas desigualdades en la movilidad responden a dinámicas sociales y estructurales como la distribución de las tareas de cuidado, las diferencias de ingresos y los roles de género establecidos.

Con el objetivo de analizar y visibilizar estas diferencias, el Institut Metròpoli ha llevado a cabo Una mirada de género en las políticas de movilidad del AMB, bajo la coordinación del grupo La Mirada del Área Metropolitana de Barcelona (AMB). Este grupo de trabajo, formado por profesionales del AMB, impulsa la integración de la perspectiva feminista en las políticas de movilidad metropolitana.

El estudio se centra en el análisis de datos e indicadores para avanzar en la comprensión de las desigualdades de género en la movilidad y propone una serie de indicadores que permitirán realizar su seguimiento en el futuro. El objetivo final es dotar a las administraciones de herramientas para planificar y gestionar el transporte de una forma más equitativa, promoviendo una movilidad que responda a las necesidades de todas las personas.

Principales resultados del estudio

El informe pone en evidencia que la movilidad metropolitana no es neutral desde el punto de vista de género y que las diferencias observadas tienen implicaciones directas en la calidad de vida de las personas. Algunas de las conclusiones más destacadas son:

1. Las mujeres realizan trayectos más cortos y fragmentados

Los desplazamientos de las mujeres suelen ser más cortos y con múltiples paradas, asociados a la combinación de trabajo, cuidado de personas y gestiones cotidianas. En cambio, los hombres tienden a realizar trayectos más largos y directos, principalmente para ir y volver del trabajo.

2. Las mujeres hacen un uso más intensivo del transporte público y la movilidad activa 

El 80% de los desplazamientos de las mujeres en día laborable se realizan en transporte público o modos activos (caminar y bicicleta), mientras que en los hombres este porcentaje desciende hasta el 64%.

Los varones utilizan el vehículo privado en un 36% de sus desplazamientos, mientras que sólo el 20% de las mujeres lo hacen. Esto se debe, en parte, a factores como la renta, la disponibilidad del coche en el hogar y los roles de género establecidos.

3. La percepción de inseguridad afecta a la movilidad de las mujeres

Una importante proporción de mujeres manifiesta sentirse insegura en determinados espacios y momentos del día, especialmente en estaciones y paradas de transporte público en horario nocturno. Esta percepción condiciona los horarios y rutas de sus desplazamientos, limitando su libertad de movimiento y generando situaciones de desigualdad.

4. Es necesaria una mejor integración de la perspectiva de género en los datos de movilidad

Aunque en los últimos años se ha avanzado en la recogida de datos desagregados por sexo, todavía existen carencias en la integración sistemática de esta información en las estadísticas oficiales. El estudio propone un conjunto de indicadores específicos para realizar un seguimiento continuado de la brecha de género en la movilidad y adaptar las políticas públicas a la realidad de la población.

Propuestas para avanzar hacia una movilidad más equitativa

El informe concluye con una serie de recomendaciones para mejorar la equidad en el sistema de transporte metropolitano:

  1. Planificación con perspectiva de género: incorporar las necesidades de las mujeres y otros colectivos vulnerables en el diseño de redes de transporte, garantizando una mejor conectividad entre modos y priorizando rutas que conecten zonas residenciales con servicios básicos.
  2. Transporte flexible e intermodal: Promover una red de transporte que permita combinaciones fáciles entre distintos modos (autobús, metro, bicicleta, etc.), mejorando la frecuencia de los servicios y fomentando la movilidad activa.
  3. Datos desagregados por sexo: Ampliar la recogida y análisis de datos con perspectiva de género, revisando registros administrativos y encuestas para obtener información más precisa sobre las necesidades de las mujeres.
  4. Sensibilización y difusión: Impulsar campañas para promover el uso del transporte público y la movilidad activa entre las mujeres, sensibilizando sobre la importancia de la seguridad y el confort en el espacio público.

Desagregar datos por sexo e incorporar la perspectiva de género en las estadísticas oficiales

Uno de los aspectos clave del informe es la necesidad de desagregar los datos por sexo e incorporar la perspectiva de género en las estadísticas oficiales. Como se explica en el marco teórico del estudio, la inclusión del enfoque de género en la producción estadística ha sido un proceso lento pero necesario. Desde la Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing (1995), se ha avanzado en la desagregación de datos por sexo, pero todavía hay muchos retos por superar. En Cataluña, la Ley 17/2015 estableció la obligatoriedad de integrar la perspectiva de género en todas las estadísticas públicas, pero actualmente, según un estudio de Luxán Serrano & de la Fuente Vászquez (2022), solo el 13% de los conjuntos de datos publicados por el portal de datos abiertos de la Generalitat están desagregados por sexo.

Este informe no sólo pone de relieve las diferencias en la movilidad entre mujeres y hombres, sino que también subraya la importancia de disponer de datos desagregados por sexo y de incluir la perspectiva de género en las estadísticas oficiales. Sólo así pueden diseñarse políticas de transporte más inclusivas y eficaces, que contribuyan a reducir las desigualdades sociales y mejorar la calidad de vida de la ciudadanía.

El objetivo principal del estudio es incorporar la perspectiva de género en el análisis de la movilidad a partir de datos cuantitativos e indicadores específicos, así como detectar elementos de mejora en la recogida y análisis de datos. Para conseguirlo, se plantean dos líneas de actuación:

  1. Integrar la dimensión de género en las fuentes de datos existentes, mejorando la segmentación y el análisis de los servicios de movilidad. Esto incluye la revisión de registros administrativos, encuestas y observaciones directas para obtener datos desagregados por sexo.
  2. Desarrollar indicadores para evaluar las desigualdades en el acceso y uso del transporte público y privado, facilitando una toma de decisiones informada.

El estudio también utiliza infografías para representar los datos de forma clara y accesible. Estas infografías sintetizan información relevante sobre la movilidad en el área metropolitana desde una óptica de género, facilitando su comprensión y difusión tanto entre profesionales como entre la ciudadanía.

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